Descripción
Esta manopla exfoliante de luffa, la alternativa ecológica y zero waste a los guantes exfoliantes de fibras sintéticas y a los productos que contienen micropartículas exfoliantes de plástico.
La luffa es el fruto de la planta de la familia CUCURBITACEAE a la que pertenecen, por ejemplo, las calabazas y calabacines.
Se cultiva de manera artesana y sostenible en la provincia de Pontevedra, en pequeñas fincas de forma no extensiva.
Cuando los frutos alcanzan el nivel óptimo de maduración son recolectados y vaciados a mano.
Se sumergen en agua termal de Caldas de Reis (Galicia) que le aporta minerales y numerosos beneficios para la piel.
Posteriormente, los frutos son deshidratados hasta obtener la fibra vegetal o esponja. No utilizan químicos, herbicidas o fitosanitarios por lo que no dañan la tierra y son un entorno ideal para las abejas.
Tampoco usan blanqueantes de ningún tipo.
Al ser natural no deja residuos dañinos en nuestra piel ni en la naturaleza por lo que es biodegradable.
Nuestra piel se renueva constantemente en un proceso natural en el que las células nuevas reemplazan a las que van muriendo.
Muchas de estas células muertas quedan adheridas a la piel por lo que es conveniente retirarlas.
A través de los masajes en seco con la manopla exfoliante de luffa se eliminan células muertas preparando la piel para absorber mejor los activos naturales de las cremas y aceites ecológicos que apliquemos posteriormente.
Usándola de manera regular conseguirás otros beneficios como:
Estimular y mejorar la circulación sanguínea
Activar el sistema linfático para que elimine toxinas
Limitar y reducir la celulitis
Lucir piel suave, lisa y brillante.
Lee aquí el artículo del blog Alma e Terra donde tienes más información sobre la exfoliación corporal.
¿Cómo se usa?
Para hacer el masaje frota ligeramente la piel con movimientos circulares.
Puedes insistir en las zonas más secas del cuerpo, como son los talones, rodillas y codos, que es donde se acumulan más piel muerta.
Una vez acabado el masaje aclárate con una ducha tibia (la piel estará sensible y si está muy caliente podría irritarla).
Sécate con toques suaves y aplica con un suave masaje cremas y aceites con productos naturales para que tu piel quede bien nutrida e hidratada. Disfruta del proceso y tómate tu tiempo.
De esta manera conseguirás un momento de calma y conexión, reducir los niveles de cortisol y por tanto, relajarte ¡Regálate un momento de autocuidado y mimo!
PRECAUCIONES: No uses la manopla en zonas irritadas.
Consulta a un profesional si puedes hacer masajes de exfoliación en casos de eccemas, psoriasis, erupciones o alguna otra dolencia de la piel o problemas de tipo inflamatorios.
Después de cada uso lava bien la manopla, escúrrela y deja que seque completamente (puedes colgarla para que se airee mejor). Guárdala en un lugar seco hasta su siguiente uso.
Su duración es de 4-6 meses dependiendo de su uso.
Si cambia de color o produce olor, cámbiala.
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