Existe un estropajo sin plastico

Los plásticos están por todas partes. En nuestra vida diaria usamos más plástico del que somos conscientes y los estropajos son de esos objetos que usamos en nuestro día a día y que quizá no nos hayamos parado a pensar en que no es la opción más ecológica.

¿Pero qué pasa con los estropajos convencionales?
  • Los estropajos de toda la vida (reciente) están hechos de poliéster o poliamida (plástico)
  • Suelen venir envasados en plástico
  • No son reciclables
  • Y como te habrás dado cuenta, con su uso la parte verde más abrasiva se va desprendiendo. Pues todo lo que le falta muy probablemente se haya ido por el desagüe del fregadero (y/o ducha o bañera). Y eso son microfibras plásticas.

Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, debido a su tamaño las micropartículas pueden saltarse los sistemas de filtrado de las depuradoras y continuar el flujo de la corriente hacia el río y mar. Para más inri, estas partículas van absorbiendo tóxicos y son un cóctel venenoso y letal para cualquier animal que las confunda con comida.

¿Hay alternativas eco a los estropajos convencionales?

Existen en el mercado estropajos “ecológicos” que están fabricados con plásticos PET reciclados… Es genial que se pueda reciclar plástico pero en este caso seguimos teniendo el mismo problema por desprendimiento de micropartículas…

Por suerte, existen estropajos mucho más respetuosos con el planeta, sin plástico en su composición ni en su embalaje y sin químicos: los estropajos de luffa.

La luffa es una planta que da unos frutos parecidos al calabacín o a la calabaza (de hecho son de la misma familia). En todo el proceso de cuidado y recolección de frutos no utilizan pesticidas ni químicos blanqueantes.

Con su fibra se hacen estos estropajos que son ideales para fregar platos, vasos, cubiertos y demás cacharros de la cocina. Incluso lo puedes usar para la vitrocerámica porque no raya. Con el contacto con el agua se ablanda y es muy manejable.

Para usarlo simplemente lo humedecemos y le aplicamos jabón y ¡listo para fregar!

Depende de su uso dura entre 4 y 6 meses.

Es importante que después de cada uso le escurras muy bien el agua y se pueda secar al aire libre para que dure más tiempo y para evitar que coja mal olor o se estropee. Si ves que cambia de color reemplázalo por otro nuevo.

Lo genial es que este estropajo de luffa es biodegradable. Puedes enterrarlo o tirarlo al compostador y volverá de nuevo a la tierra, que es de donde viene.

Su proceso de producción es respetuoso y al ser vegetal, es renovable.

¿Qué más le puedes pedir a un estropajo?

No, no lava él solo la vajilla… ¡sorry! 🙂

¿Ya lo has probado? Cuéntanos tu experiencia más abajo en los comentarios


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