Black Friday Zero Waste

No recuerdo exactamente cuál fue el primer año que escuché hablar sobre el Black Friday pero no hace tanto tiempo (sí, mi memoria no anda muy fina…). Sin embargo, pese a ser reciente en nuestro país se está convirtiendo en algo muy habitual e integrado en nuestros hábitos de consumo.

Como consumidores nos vamos identificando cada vez más con otras maneras de consumo, ya sea Halloween, San Valentín como ahora Black Friday. “¿A dónde va Vicente? A donde va la gente”. Vamos con la mayoría. Buscamos un reconocimiento social y un sentimiento de pertenencia a través del consumismo. Y esto, a fin de cuentas, nos habla de nuestras carencias afectivas.

“Los vacíos del ser los llenamos con el tener”

Mario Alonso Puig

Estos vacíos los llenamos con objetos y como esa sensación no desaparece, seguimos consumiendo. Y así, podemos estar consumiendo en automático toda la vida. Podríamos decir que el consumo compulsivo es un factor de infelicidad humana. Las técnicas de neuromarketing y marketing emocional se enfocan precisamente en crear necesidades para comprar cosas que muchas veces no necesitamos.

Estrategias de ventas como el Black Friday (o la Semana de Oro del Corte Inglés, los días sin IVA de Mediamark, etc) fomentan la compra por impulso teniendo en cuenta dos factores como son: los grandes descuentos (vemos esos descuentos “increíbles” y los ojos nos hacen chiribitas) y la sensación de escasez (voy a comprarlo rápido antes de se agote no vaya a ser que me pierda el ofertón). El sentimiento que se genera es de ansiedad y de búsqueda de un consumo que libere la dopamina suficiente para tener un pico de alegría y de “bienestar”.

Descuento y temporalidad. Foto de Artem Beliaikin

Los artículos que más se venden en estas campañas son electrónicos y ropa. No es de extrañar que son dos de los sectores con más rotación de artículos y que para eso sea posible tienen que estar diseñados para durar poco y que la rueda de consumo siga funcionando ¿A quién no le ha pasado que el móvil empieza a funcionar mal con las actualizaciones, que la impresora le dura dos telediarios y que le sale más barato comprar una nueva que repararla? ¿que si el móvil cuesta poco creemos que va a durar poco y si cuesta mucho pronto sacarán una nueva versión a la que igual no podemos resistirnos.?También nos damos cuenta de que la calidad de la ropa de las grandes cadenas ha bajado, que dura poco y “total para lo que me ha costado…”, que hay ropa nueva en las tiendas cada semana…

Ya sea por lo poco que nos ha costado el artículo (y por tanto le damos poco valor) o porque enseguida lo consideramos obsoleto nos deshacemos muy rápido de los aparatos eléctricos, electrónicos e incluso de la ropa para comprar otros nuevos. Y si se estropean pasa lo mismo, preferimos comprarlos nuevos que intentar arreglarlos.

¿Y cuál es la gran consecuencia de este consumo disparado?

Las toneladas y toneladas de residuos que se generan. Sí, Black Friday y Zero Waste en la misma frase puede chirriar un poco.

Pensemos en el proceso de compra: quizás el nuevo objeto sustituye a uno que ya existe (ya tenemos dos objetos), viene en embalaje de plástico o cartón, quizá envuelto en papel de regalo y acompañado de una bolsa (¿de plástico?). Todo ello está destinado a ser residuos.

Pero es que además, cada vez desechamos con más facilidad productos eléctricos y electrónicos que malamente se reciclan (en España tan solo se recicla entre un 20 y un 30% de estos residuos). Y esta mala gestión en el reciclado tiene graves consecuencias tanto para el medio ambiente como para nuestra salud.

La contaminación durante los procesos de creación de estos productos electrónicos o textiles no es menos importante: cultivos de materias primas como algodón atiborrados de pesticidas, contaminación de aguas con tintes textiles tóxicos, consumo de agua para los procesos de fabricación, extracción de metales, etc.

Una vez más la solución no pasa exclusivamente en un reciclaje más efectivo sino en la concienciación y reducción del consumismo.

¿Y cómo podemos afrontar el Black Friday?

Tips para superar el Black Friday

Organízate y planifica ¿realmente necitas comprar algo nuevo? ¿de verdad lo necesitas? Si es así quizá puedas comprarlo de segunda mano para darle una nueva vida a ese objeto o pedirlo prestado. Si no es el caso, compra con sentido común. Si solo necesitas un ordenador no te dejes liar por las ofertas para acabar también con una impresora, unos altavoces y un robot aspirador “porqueestabamuybiendeprecio”

Piénsalo otra vez. Sé consciente de lo que hay detrás de estas campañas publicitarias y del marketing e identifica cuáles son tus verdaderas necesidades.

Queda con amigos o haz algo por alguien. Hablamos de que muchas compras compulsivas vienen por carencias emocionales así que rodéate de amigos o familiares y pasa un rato con ellos. También puedes aprovechar para hacer aquel favor que te pidió un colega, colgarle los cuadros a tu madre, etc.

Haz algo que te guste, te hará sentir bien contigo mismo/a. Un hobby que tengas aparcado, una sesión de autocuidado, cocinar un plato que te guste, etc.

Da un paseo por la naturaleza u organiza una jornada en el exterior: quizás buscar setas, una comida en el campo si el tiempo lo permite, etc. Estar en contacto con la naturaleza siempre ayuda a conectar con nuestra esencia y aflojar un poco las presiones del día a día, incluidas de la publicidad 😉

Sé consciente también de que las pequeñas empresas no pueden optar a hacer descuentos tan astronómicos por lo que este tipo de campañas las dejan en segundo plano. Valora comprar en pequeñas tiendas de tu ciudad, en negocios familiares, a tu amigo/a emprendedor o emprendedora, etc. A cambio, recibirás un trato más personalizado, consejos, recomendaciones; extenderás una red de abundancia, ampliarás tu círculo social y fomentarás el intercambio de experiencias personales que pueden ayudarnos a que nuestro vacío sea un poco más llevadero.

Finalmente, si tienes hijos/as estarás ofreciendo tu ejemplo de consumo responsable y de cuidado al planeta.


Entradas relacionadas

Deja un comentario