5 pasos para iniciarte en Zero Waste FB

Como hemos visto en la entrada anterior, nuestro ritmo y estilo de consumo van de la mano de la generación de una elevada cantidad de residuos de los que no podemos escapar ni esconder debajo de la alfombra. Vivimos como si tuviésemos otro planeta al que ir cuando en realidad se nos olvida que vivimos en uno maravilloso que sólo necesita que actuemos con conciencia y desde el corazón.

Así pues, nos encontramos ante el desafío del cambio para vivir de manera más sostenible. El movimiento Zero Waste surge como parte de la solución ante la invasión de residuos, especialmente del plástico.

Pero, ¿por dónde podemos empezar?

A veces nos abruma la idea de modificar nuestros hábitos porque pensamos que nos va a suponer un gran esfuerzo (zona de confort), porque tememos no hacerlo bien o quizás porque pensamos que con nuestro gesto no vamos a salvar el mundo. Sea como sea, debemos tomar las riendas, no darle más vueltas al asunto, y ponernos manos a la obra.

Si haces lo que siempre has hecho, llegarás donde siempre has llegado (Tony Robbins)

En este post veremos los 5 primeros pasos que podemos llevar a cabo para comenzar en nuestra aventura Zero Waste. En los próximas entradas hablaremos con más detalle sobre acciones concretas y tips para reducir el plástico.

1. Conciénciate. Para generar un cambio real en nuestras vidas y abandonar viejos patrones de consumo e incluso de pensamiento es necesaria una mirada hacia nuestro interior ¿Es más “cool” llevarnos paseando por la calle una taza de café de usar y tirar como las películas norteamericanas que pararnos 5 minutos a disfrutarlo, quizá en compañía, con una lectura o simplemente durante un momento para [email protected] [email protected]?

Se trata  aquí de poner el foco de atención en lo que nos mueve a consumir ciertos productos y también en las consecuencias de nuestros actos. Sería algo así como salir del modo automático en el que vivimos y hacemos las cosas sin darnos cuenta para pasar al manual. Es en ese momento en el que tomamos el control y podemos hacernos responsables de nuestros actos.

¿Asusta? Tranquila, tranquilo. No se trata de sacar el policía o censurador que llevamos dentro. Se trata más bien de esa vocecita interior amable que siempre apela al sentido común y al instinto pero que quizá, tras mucho acallarla, no se atreve demasiado a recuperar su discurso. Estamos en ello. Y estoy segura de que lo vas a hacer genial.

Así que, la invitación es a ser consciente de lo que compras y de cómo lo haces. De tu movimiento interno que te lleva a comprar o consumir cada producto en concreto.

2. Analiza tu basura. Sí, no suena bien. La basura es molesta, por eso la tiramos al contenedor en una bolsa oscura y creemos que ahí se acaba el problema. Si queremos reducir residuos primero tenemos que observar cuáles estamos generando. Puedes observar la basura acumulada, por ejemplo, durante una semana para identificar tus hábitos de consumo. Además de darte una idea de si estás alimentándote de manera correcta o si estás abusando de procesados (vienen en envases de plástico) te servirá para ver qué productos puedes sustituir por otros naturales, de cuáles quizás quieras prescindir (por ecología y salud) y qué otros puedes comprar a granel o con envases reciclables. Por ejemplo, uno de nuestros plásticos recurrentes eran los del queso en lonchas. La solución ha sido comprar el queso entero que, además de venir sin envoltorio plástico nos dura muchísimo más que antes.

De esta manera, también serás consciente de la cantidad de basura que generas sin apenas darte cuenta. Cuando veas lo que has acumulado, puedes imaginarte esa cantidad multiplicada por 52 (todo un año)…

3. Paso a paso. Don´t panic, ¡que no panda el cúnico! ¿Has visto la cantidad de plásticos que salen de tu cubo de basura y te has asustado? ¿Te has puesto las gafas de ver basura y plásticos por doquier? ¡Respira! Recuerda, estás en el buen camino.

Lo importante ahora es que tengas presente que esto no es una carrera de velocidad, sino una carrera de fondo, como la de la tortuga versus la liebre. No es muy ecológico ni coherente que tires a la basura algo de plástico que todavía funciona y que es útil. Dale un buen uso a todos los objetos de plástico que puedas (nosotros todavía usamos algunos como si fuesen los últimos plásticos del planeta, porque de alguna manera u otra, espero que así lo sean). Por ejemplo, si te han colado una cuchara de plástico con el helado (a veces, un simple despiste de nanosegundos es suficiente para que aparezca clavada en la bola de helado…) guárdala, lávala y te la llevas contigo para la próxima.

Recuerda, sustituye tus productos de plástico cuando ya no se puedan reparar o reutilizar (no recomiendo hacerlo con las botellas de plástico por cuestión de salud pues ya todxs sabemos que con el tiempo van soltando partículas tóxicas que acaban en nuestro organismo).

Salir a la naturaleza
Comienza por hacer lo necesario; luego haz lo que es posible; y de repente, estarás haciendo lo imposible (Francisco de Asis)

4. Salir más a la naturaleza. Sí, ver documentales sobre la naturaleza está genial y es necesario pero es importante salir del asfalto y pasear por un entorno natural. Y cuanto más alejado de la ciudad, mejor; y si puedes amanecer en la naturaleza, ¡mejor que mejor!

Salir de la ciudad nos va a ayudar, por una parte, a conectar con la naturaleza, lo que significa:

  • Recordar en qué planeta vivimos ¿cuánto tiempo hace que no te acuestas bajo la sombra de un árbol y escuchas el viento en las hojas? ¿recuerdas pasear después de la lluvia y oler la tierra mojada? Un amanecer, un atardecer, el canto de los pájaros, el aire fresco y limpio… Nuestro planeta es maravilloso y es nuestro hogar.  
  • Quiénes somos: somos co-habitantes de la Tierra. No somos los únicos ni nos pertenece. Además de nuestro hogar, también lo es de muchas otras especies.
  • Qué estamos haciendo: es casi seguro al 100% que en cualquier paseo al aire libre nos vamos a encontrar algún tipo de basura y/o algún tipo de desperfecto generado por la acción humana. Esto nos puede dar una idea de cuánto podemos afectar y alterar los ecosistemas y quizá nos sirva como aliciente para seguir generando el cambio positivo que el Planeta necesita.

Por otra parte, pasear por la naturaleza tiene efectos positivos en nuestro organismo y en nuestras emociones, mejorando la salud y reduciendo eficazmente el estrés. Puedes buscar más información sobre “baños de bosque” y los beneficios de estar en contacto con la naturaleza.

5. Contagia. Disfruta el proceso y comparte con otras personas tus avances en Zero Waste y en tu camino hacia una vida más sostenible. Te servirá como compromiso si necesitas un pequeño empujón para empezar. Pero hazlo de manera respetuosa, no impongas. A veces, cuando tenemos tan clara una “solución” queremos que todo el mundo se ajuste a ella.

En realidad, el cambio empieza en cada un/a de nosotrxs cuando estamos preparadxs. Puedes verte como un/a ecohéroe o ecoheroína pacifista que sabe que actúa desde la consciencia y el respeto por la Tierra  y que está encarnando el cambio que quiere ver en el mundo. Te aseguro que generarás, cuanto menos, preguntas y replanteamientos a muchas personas.

Las semillas estarán sembradas. Sólo necesitarán su momento idóneo para germinar.


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